En su labor dedicada al comercio justo, COPADE oferta, en sus tiendas tanto física como virtual, las cervezas “Gabarrera”, un producto elaborado artesanalmente en la Sierra de Guadarrama de Madrid, y la única cerveza con certificación ecológica en esta Comunidad, cuyos promotores son socios de la Fundación.
Surgió como un proyecto de autogestión modélico, social y ambientalmente responsable, de la mano de Mónica y Javier, que ahora va camino de reconvertirse, este mismo mes, en una cooperativa, entrando a formar parte de la misma varias personas más, procedentes, mayoritariamente, de colectivos en riesgo de exclusión social.
Mónica y Javier provienen del mundo de la intervención social y con este proyecto “pequeñito, que nace sin ambiciones de hacernos ricos sino de que favorecer otro tipo de proyectos paralelos –como le gusta decir a Javier Terrón-“, quieren también contribuir a conformar un mundo más sostenible y solidario.
Bajo la marca cervezas “Gabarrera”, aludiendo a los gabarreros y gabarreras –gente que se dedicaba en la Sierra la extracción de la leña en el monte con mulas- , este matrimonio, y ahora sus nuevos cooperativistas, quieren hacer realidad un sueño que pasa por fabricar un producto “hecho fundamentalmente con amor, y apoyar la integración social y laboral de colectivos más desfavorecidos”.
Fruto de este proyecto se pone en el mercado este producto cien por cien certificado ecológico, elaborado con materias primas procedentes de cultivos orgánicos, en un proceso muy cuidado en el que prácticamente no se utiliza la mecanización, y cuyas premisas fundamentales son la “salud y la sostenibilidad”.
Todos los ingredientes de esta cerveza proceden de cultivos en los que se han utilizado abonos orgánicos, no lleva pesticidas.
Ahora, la inminente cooperativa se propone dar un paso más y poner en marcha proyectos paralelos que pasan por la utilización, en un futuro, de materia prima que se genere a nivel local, algo que a día de hoy no se da aún. En todo caso, para este cooperativista, lo más importante de este proyecto es que cuenta con un “patrimonio humano excepcional”, y su esperanza está en que, con la reconversión del proyecto en cooperativa “aunando esfuerzos y recursos, lo saquemos adelante”, ha dicho convencido.
“Sin duda, se trata de un proyecto familiar totalmente artesanal que hemos creído importante apoyar ya que trata de infundir valores ambientales y sociales, que además, a largo plazo piensa ya en invertir parte de sus ventas en proyectos socio educativos”, resalta con total complicidad Javier Fernández, director general de COPADE.
La Fundación COPADE apoya a esta tipología de pequeños productores, cuyos promotores priman tanto en las condiciones de trabajo como en el desarrollo diario del mismo, la sintonía con la forma de pensar en la Fundación.