Astorga (León) se ha convertido en la meca internacional del chocolate albergando entre el 16 y el 19 el salón SICA. Esta nueva edición supone el cuarto Salón Internacional del Chocolate celebrando así la fiesta del cacao más importante del país.
El Claustro del Seminario ha sido nuevamente la ubicación para el SICA que este año llegó con grandes novedades como las llamadas “jornadas técnicas” en las que los cocineros y maestros muestras a los visitantes las innovaciones y lo métodos más novedosos. Estas actividades, dirigidas a los profesionales del sector, han sido coordinadas por el maestro chocolatero David Pallás, según ha explicado la organizadora del SICA, Marta Taboada.
Con esta nueva iniciativa pretenden que “Astorga se convierta en un referente y un escaparate del mundo del chocolate”. Después de dos años de andadura el Salón Internacional del Chocolate de Astorga se ha consolidado como una cita bienal que presenta las novedades del mundo del cacao.
La Fundación Copade no ha querido perderse esta oportunidad y ha sido invitado para aportar su grano de arena con la inclusión en este marco incomparable de productos de Comercio Justo, ecológicos y respetuosos con el medio ambiente y con la materia prima. Por ello, llevamos al SICA productos de primerísima calidad como el chocolate Pacari, galardonado con más de 160 premios internacionales en el “International Chocolate Awards” como Mejor Chocolate del Mundo, y nuestra marca propia Tierra Justa cuyos productos proceden de productores de países en vías de desarrollo permitiéndoles abrirse un pequeño mercado en nuestro país. Entre ellos destacan el café 100% arábico y procedente de COMUCAP una cooperativa formada exclusivamente por mujeres hondureñas, la quínoa definida como superalimento y procedente de los campos ecuatorianos, la panela azúcar de caña integral con un menor aporte glucémico que otros tipos de azúcar y el cacao más puro de las tierra ecuatorianas.
Con la presencia en estos eventos, la Fundación Copade hace más accesible el Comercio Justo y la sostenibilidad de las materias primas, demostrando que la calidad de este tipo de productos es excepcional y que con ellos se puede contribuir a mejorar las infraestructuras de los pequeños productores para que ellos mismo sean protagonistas de su crecimiento y desarrollo socio-económico.