Ayer se celebró el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Desde el año 2008, todos los 15 de octubre se conmemora la inestimable contribución que realizan las mujeres rurales al desarrollo no solo de sus comunidades, sino de todo el mundo.
Las mujeres desempeñan una función determinante en la seguridad alimentaria, la diversidad alimentaria y la salud infantil en el hogar, pero sin embargo, sus derechos han venido siendo vulnerados de forma sistemática. Según Naciones Unidas, las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Ellas son las que sufren los múltiples aspectos de la pobreza y no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.
Desde COPADE trabajamos con comunidades rurales en Ecuador, Honduras y Guatemala. En especial, nuestro trabajo se centra en apoyar a cooperativas de productores donde las mujeres rurales tienen cada vez un papel más importante. Nuestro proyecto ‘Mujer, Pobreza y Desarrollo’ que realizamos gracias al apoyo del Ayuntamiento de Madrid tiene como objetivo dar a conocer de una forma más amplia la situación en la que viven los 1.300 millones de personas en vías de desarrollo, y de una forma más específica a las mujeres de este colectivo.
Con este proyecto queremos aportar nuestro granito de arena para cambiar esta situación y abrir una vía más dinámica y efectiva que ayude a una mayor inclusión de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. Queremos mostrar como el Comercio Justo es una contribución tangible a la erradicación de la pobreza.
Historias como la de Nancy Hernández que vive en Marcala, un pequeño municipio en el departamento de La Paz a unos 100km de la capital hondureña de Tegucigalpa. Desde hace 8 años lidera su propia empresa cafetalera y ha sido pionera en promover y defender el consumo de café de calidad en su región y en Honduras.
También Doris y María Agustina, quienes se muestran positivas en las oportunidades que las mujeres hondureñas tienen de ejercer un oficio o de emprender sus propios negocios, aunque no olvidan que la desigualdad sigue persistiendo en el mercado laboral. Ellas lideran junto a una veintena de compañeras ‘Caminando hacia el futuro’, un grupo de mujeres que emprendieron en 2014 como caja rural, en Tomalá, al sureste del departamento de Lempira.
Como Nancy, Doris y María Agustina, muchas mujeres rurales siguen luchando para que su voz sea escuchada y su inestimable contribución al desarrollo valorada. Desde COPADE seguiremos apoyándolas para que puedan llevar a cabo sus negocios de emprendimiento contribuyendo así a la erradicación de la pobreza.
*Proyecto ‘Mujer, pobreza y desarrollo sostenible: conoce y actúa’ financiado por el Ayuntamiento de Madrid.