Sara Trindade es coordinadora del Primer Fórum de Finanzas Éticas y Solidarias en Portugal, trabaja por la inclusión social y la participación ciudadana para encontrar nuevos caminos que conduzcan a su país a la recuperación económica, al mismo tiempo que al cambio de su modelo económico-social a través de la apertura de nuevas vías éticas y solidarias.
Este Fórum ha sido una iniciativa pionera e innovadora en el país luso. ¿Qué pretendía con él?
Crear un espacio abierto para el debate y la reflexión, mostrando y dando visibilidad tanto a iniciativas nacionales como internacionales, privilegiando y favoreciendo el encuentro entre experiencias ibéricas y redes europeas en el ámbito de la economía alternativa y solidaria. Pero lo importante ha sido la gran participación, lo que se traduce en las ganas de mi país por participar en un sistema económico diferente al actual.
¿Cómo empezó todo?
Pues la verdad que ha sido muy personal, hablaría casi de militancia. En aquel momento yo me sentía muy desilusionada con la situación que estaba atravesando y que sigue atravesando mi país y empecé a pensar si había alternativas. Comencé a buscar a través de internet y lo primero que encontré fue sobre Banca Ética en Francia. A partir de ahí comencé a estudiar los movimientos sociales en este aspecto en el Sur de Europa, pensando en cómo poder adaptarlo y replicarlo en Portugal.
Más tarde me concedieron una beca Leonardo Da Vinci para hacer unas prácticas profesionales en España, concretamente en Córdoba, trabajé durante un año en Fiare en esta ciudad, además de en Reas e Ideas. Ellos me ayudaron a centrar, sobre todo Beatriz Ramírez, me orientó muchísimo para poder empezar a trabajar las Finanzas Éticas en Portugal. También me ayudó mi jefe en Apdes, José Queiroz, al que le propuse abrir un banco ético a mi vuelta y quien confió en mí para poner el proyecto en marcha.
¿Son necesarias las Finanzas Éticas en Portugal?
¡Muchísimo! Pero de una manera muy diferente a España. En España tenéis un mercado social diferente al portugués y vuestra Banca Ética da respuesta a vuestro mercado. En Portugal tenemos que armarlo, necesitamos un mercado que de respuestas reales a los problemas reales de las personas (empresas de inserción social para atender al público vulnerable, cooperativas, Comercio Justo…., por eso pusimos en marcha el I Fórum de Finanzas Éticas y Solidarias. Nuestro objetivo era y es poner en contacto personas que conocen los instrumentos y que pueden contribuir a potenciarlos a través de su divulgación y su contacto con redes trasnacionales.
¿Y Funcionó?
Sí, fue un éxito, a pesar que las Finanzas Éticas no es un tema conocido ni popular en Portugal. Para mi indica las ganas de cambios que hay en mi país. Más de 380 personas, en representación de empresas y entidades de toda índole, acudieron al encuentro y se confeccionó un calendario de trabajo que diera continuidad al Fórum, además se firmó un documento, La Carta de Oporto, manifiesto que propone dar un paso más allá con la creación de una Plataforma de trabajo que promocione las Finanzas Éticas y a la que pueda adherirse toda aquella empresa o entidad que lo desee.
¿Cómo reaccionaron las empresas e instituciones a esta iniciativa?
Muy bien. Las organizaciones sociales, conocen estas finanzas, aunque no han tenido liquidez para poder invertir en ellas durante estos años de crisis, por lo que estamos buscando alternativas. Del Fórum salió también la decisión de estudiar junto a economistas expertos la legislación portuguesa para ver cómo las podemos incluir.
Por otro lado, las empresas portuguesas también las conocen, pero no las trabajan y hasta el momento ni se lo habían planteado. Durante los últimos años Portugal ha estado centrado en sobrevivir, la crisis económica ha afectado a todos a gran escala. Actualmente están empezando a surgir nichos de inversión responsable, por eso es importante sensibilizar hacia las Finanzas Solidarias, hasta ahora tan desconocidas aquí.
¿Y el Comercio Justo?, ¿puede ir de la mano de las Finanzas Éticas?
En Portugal el Comercio Justo es muy débil. Tuvo una fuerte representación antes de la crisis, pero con la quiebra económica de 2010 se ha resentido muchísimo, convirtiéndose en una iniciativa debilitada por esta situación. Además, a nivel de organización pública, no se sensibiliza hacia el Consumo Responsable a la ciudadanía, políticamente no está dentro de los programas ni a nivel nacional, ni regional ni local y las entidades sociales que se dedican a ello tienen que hacer grandes esfuerzos para llegar a la gente.
Por poner un ejemplo, en Portugal solo existe una asociación de consumidores para todo el país, cuando en España, concretamente en Córdoba existían tres solo para dar respuesta a la población de la provincia.
¿No existe ninguna cooperativa que trabaje o fomente el consumo de productos de Comercio Justo?
En Portugal existen algunas asociaciones y cooperativas que llevan el tema del Comercio Justo (Equação, CIDAC, Mó de Vida, etc.) pero la sensibilidad social hacia el Comercio Justo es muy escasa porque no se ha fomentado. Antes de la crisis existía alguna iniciativa en este respecto, pero con la crisis se quedaron en situación muy debilitada. La realidad mostraba productos caros ya que llegaban al país a través de intermediarios, no de importadoras y distribuidoras nacionales como ocurre en otras zonas de Europa. Además debido a la crisis y a los precios excesivos la población concienciada dejó de consumirlos.
Usted ha sido invitada a Milán al acto de clausura del Proyecto PRICE. Como sabe este proyecto lleva dos años trabajando para aunar Comercio Justo y Finanzas Éticas, ¿qué piensa al respecto?
Considero que la prefinanciación de productos de Comercio Justo en el Sur y a productores locales es fundamental y que las Finanzas Éticas son el actor esencial y primordial para dar el impulso necesario. Asistí por vez primera a una reunión de PRICE en Amarante, Portugal. Allí conocí a sus expertos y desde entonces he estado muy en contacto con ellos para seguir trabajando conjuntamente.
¿Seguirá trabajando por la interrelación de estos dos actores?
Por supuesto que sí, como trabajadora social siempre intento construir redes y poner personas que pueden aportar algo y dar soluciones en contacto y siempre que se me permita, continuaré haciéndolo.