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Día de la Gastronomía Sostenible: contra la inseguridad alimentaria en Honduras

Este 18 de junio se celebra por primera vez el Día de la Gastronomía Sostenible. El conjunto de platos y usos culinarios propios de un determinado lugar es una expresión más de la diversidad natural y cultural del planeta. Con la celebración de este Día se intentan promover unos hábitos alimenticios —que incluyen la producción, preparación y consumo de alimentos— más respetuosos con el medio ambiente y con las tradiciones locales.

Este tipo de gastronomía puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo sostenible, sobre todo de las comunidades menos favorecidas, ya que promociona el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción sostenible de alimentos y la conservación de la biodiversidad.

Honduras es un país que posee comida muy variada, entre fusión de elementos culinarios prehispánicos, españoles, criollos y africanos. La comida básica nacional está compuesta en base a maíz, seguido de otros ingredientes importantes como arroz y frijoles, lácteos, huevos, verduras, carnes y mariscos.

Sin embargo, estos últimos productos, aunque son necesarios en la dieta diaria, son poco usados en gran parte de los hogares hondureños, debido a su alto coste. Así mismo, el cambio climático genera sequías e inundaciones en el corredor seco de Centroamérica, sometiendo a la población a una continua situación de inseguridad alimentaria y nutricional.

Para contrarrestar estas deficiencias en la zona occidental de Honduras, está en acción el convenio “Seguridad alimentaria, manejo de recursos hídricos y forestales, y mejora de la productividad agrícola y de la comercialización, con enfoque territorial y fomentando la sostenibilidad ambiental, en Honduras”. Un convenio ejecutado por Copade, CESAL y Fundación ETEA con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID ) cuyo objetivo es lograr la alimentación adecuada de 1.300 familias de 32 comunidades de Honduras pertenecientes a las mancomunidades de Mancosol, Guisayote y Manvasen.

En el marco de las actividades del convenio, se realizan talleres de producción, preparación y consumo de alimentos saludables con productos locales, a través de un plan nutricional y de innovación y fusión de alimentos, con el fin de mejorar la nutrición e incentivar hábitos alimentarios saludables. Otra de las actividades desarrolladas es la participación en ferias con stand de gastronomía, muy importante para las familias debido a que están orientados a la mejora nutricional y al rescate de la cocina tradicional y autóctona de la zona.

Las capacitaciones a las madres de familia, con niños menores de 5 años sobre higiene, manipulación de alimentos, buenas prácticas de manufactura (BPM), nutrición y pirámide alimenticia es parte asimismo de las acciones del proyecto; los alimentos son producidos en los huertos familiares como el rábano, zapallo, cilantro, pepino, mostaza y habichuela; y los cultivos autóctonos de la zona (chipilín, albahaca, chaya, loroco entre otros).

Entre las recetas que se preparan están la tortilla nutritiva, que tiene una fusión de ingredientes con maíz o maseca, chaya, remolacha y zanahoria brindándole un valor nutricional alto o también la milanesa de soya, compuesta de granos de soya orgánicos, ajo, perejil, agua, aceite y harina de maíz.  De esta manera se mejora la calidad de la alimentación en las familias y se asegura la producción de alimentos originarios como el chipilín, rico en hierro, calcio y betacaroteno, el loroco (planta comestible y aromática utilizada para condimentar diversos alimentos) y la chaya (conocida como la “espinaca Maya” rica en hierro, potasio, vitamina A y C y proteína de alta calidad).

        

Un convenio ejecutado por Copade, CESAL y Fundación ETEA.

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