Ondina Dubon es una maestra chocolatera hondureña desde su más tierna infancia. Su madre ya se dedicaba a elaborar este rico producto que a la mayoría nos vuelve locos desde niños. De pequeña, Ondina repartía los bombones, tabletas y cacao en polvo que su progenitora elaboraba por los diferentes comercios de su San Pedro Sula natal. Días después volvía a recoger los ingresos de las ventas y si era necesario llevaba más chocolate. Estas eran todas las ganancias con los que su familia contaba, no siempre suficientes para salvaguardar su día a día.
El chocolate ha sido su vida. Por eso decidió montar su propia tienda, Chocola-k, que significa “bebamos chocolate juntos” en su dialecto natal. Compra el producto en bruto a cooperativas hondureñas formadas por mujeres que trabajan dentro del Comercio Justo, y la Fundación COPADE le ayuda y asesora en la distribución y comercialización.
El Comercio Justo es una garantía para todas aquellas personas que se encuentran en situación desfavorecida. Es un sistema comercial que rompe con las trabas del comercio convencional, promoviendo la sostenibilidad económica, social y ambiental en las relaciones comerciales entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. Promueve el cumplimiento de derechos fundamentales como el no trabajo infantil, la seguridad laboral, una retribución adecuada del trabajo, la equidad de género y la no discriminación, el desarrollo de las capacidades laborales, las relaciones comerciales justas, la transparencia y la gestión sostenible del medio ambiente.
A través del Comercio Justo, Ondina puede seguir viviendo de su pequeño negocio. Invierte muchísimas horas de su día en la elaboración de chocolates en sus diversas formas y sabores, pero cuando termina su jornada es recompensada con el pago de un precio justo por su esfuerzo y dedicación. Con ese dinero, puede garantizar la manutención de su familia, seguir formándose en técnicas chocolateras e incluso, con la capacidad de un poquito de ahorro que ahora tiene, puede comprar la maquinaria necesaria para producir con mayor rapidez.
Pero todo esto no sería posible si Ondina no vendiera chocolate. Sus tabletas y bombones seguro que no son los más competitivos del mercado, su producción más artesanal es más lenta que la de las grandes cadenas productivas y su puesta en diversos puntos de venta un largo camino por recorrer hasta conseguirlo.
Pero, ¿Qué ocurre cuando llegamos al supermercado o a su tienda de chocolate y nos encontramos con su producto?. ¿Estamos dispuestos a comprarlo? , ¿o nos dejamos llevar por grandes marcas más posicionadas y a precios más competitivos?
Como consumidores debemos enfrentarnos a una dura decisión: elegir responsablemente aquello que vamos a comprar. El Consumo Responsable consiste en nuestra capacidad de elegir de formar consciente y pensando no solo en el precio de productos y servicios, sino también en la justicia social, la ética, la solidaridad y el medio ambiente. Cada día millones de personas en el mundo ejercen su capacidad de compra y con ella, si elegimos de forma consciente y responsable, podemos transformar de forma positiva la vida de muchas personas como Ondina que viven en condiciones más desfavorecidas, al mismo tiempo que contribuimos a preservar el medio ambiente.
Ejercer el Consumo Responsable es algo muy sencillo para el consumidor, para ejercerlo solo hay que plantearse unas pequeñas cuestiones:
- ¿Realmente necesito lo que voy a comprar? Cada día adquirimos más productos que no necesitamos y se nos hace más difícil diferenciar entre lo necesario y lo deseado. Debemos reducir el consumo a lo necesario y reutilizar todo lo posible antes de comprar.
- Tener en cuenta la calidad y la garantía del producto o servicio que voy a adquirir. No dejarme llevar por el envoltorio, un mejor envoltorio no es garantía de mayor calidad. Tener en cuenta la certificación del producto y su correcto etiquetado.
- Preguntarnos por las repercusiones medioambientales del proceso de producción, transporte y comercialización. Así favoreceremos productos y sistemas de producción no perjudiciales para el medio ambiente a corto, medio y largo plazo, y podemos favorecer productos de proximidad respecto al punto de consumo.
- Preguntarnos por la justicia social y el respeto a los derechos de las personas que participan en el proceso de producción, transporte y comercialización, es decir, por la sostenibilidad social: equidad en la política salarial, condiciones dignas e igual de oportunidades en el acceso al trabajo y relaciones comerciales justas.
- Utilizar de forma sostenible los productos adquiridos: evitar despilfarros, cuidar y mantener los productos y servicios para que sean duraderos y reciclar al final de su vida.
Ondina puede mejorar sus condiciones socioeconómicas y las de su familia, gracias a la compra responsable de muchos consumidores que tienen en cuenta los criterios sociales y medioambientales a la hora de elegir un producto o servicio.
No somos más felices por comprar más, lo somos por nuestra contribución a mejorar las condiciones de millones de personas desfavorecidas a lo largo del planeta y por nuestra contribución a preservar el medio ambiente para las generaciones venideras.
Tu Consumo Responsable contribuye a cambiar políticas económicas, comerciales y sociales. Los ciudadanos somos soberanos a través del consumo, es nuestra mejor forma de demostrar qué queremos y cómo lo queremos.
Compra Responsable, Consume Responsable.